De pendejo, yo lo veía como una sugestión
estúpida. Me negaba a entender lo agradable de la bebida, tan amarga como
familiar. Era cosa de grandes, pensaba, así que cuando mi señor viejo se
distraía un momento y dejaba la silla, el televisor, la pava, la mesa y demás
por acción de algo que ignoro, yo me sentaba en su lugar. Ya con el mate lavado
y frío buscaba azúcar en la cocina para ponerle a gusto, lo que por supuesto
eran toneladas… sino no era rico. Quizás le tomé el gusto como quien le roba un
cigarrillo a la tía y se termina convirtiendo en un fumador empedernido.
Siempre digo lo mismo, lo admito,
pero es cierto: no se en qué momento me transformé en una persona que escucha
los Beatles, se deja la barba y toma mate incluso en soledad. Todas esas cosas
van en contra de lo que muchos me habrán considerado alguna vez. Aunque ya no
me deje la barba me sigo descubriendo, solo, frente al monitor y contento con
un termo nuevo para cebar mis mates amargos. Amargos, encima, qué hijo de puta.
El termo es muy bonito, a veces me asusta lo fácil que soy.
La influencia de los amigos no es
omisible, porque más de uno es un poco hippie, y más de uno me ha empujado
hacia el sano vicio. Ahora estoy del otro lado, como me pasó con los Beatles.
Me aburre escuchar a la gente que considera tarados y poco originales a quienes
toman mate, estando tan seguros de que su crítica sí es original. No me perdono
haber pertenecido a esa clase. Pasaron más de diez años desde que yo le robaba
mates a padre; ahora los tomo oficialmente.
A veces lo tomo dulce porque soy
maricón.
3 comentarios:
frío, lavado y dulce, así se empieza. De a poco va mutando en el vicio que años atrás habíamos considerado repugnante...
eso si, lo mío fue sin influencia de amigos. Siempre tengo que llevar el tapper con el azúcar para los maricones...jajaja
besos
te banco con el mate amargo, obvio.
me preocupa la combinación barba, beatles y mate. Qué sigue? "buenas vibras" y pantalones oxford?
Cuidado porque todo junto puede ser una combinación fatal!
Tomaba mate cuando era más chica. Después, por alguna razón, lo cambié por el café. No tomaba otra cosa que no fuera café...
Ahora combino. De vez en cuando mates, de vez en cuando café.
El mate tiene su encanto, parte de un ritual más que convincente.
Beatles, barba y mate. Sos todo un intelectual de Puan.
.
.: Saludos
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