Que tenía que usarlo. Que necesitaba uno para ellos poder enterarse si volvía a casa, o para corroborar por lo menos que estuviera vivo. Y yo respondiendo que durante tanto tiempo hemos habitado un planeta surcando nuestra existencia de mierda sin un puto celular. No quería ser canchero, uno más del montón.
Pero como Felipe bien decía, terminaba siendo uno más que viene a engrosar el montón de los que no quieren ser uno más del montón. Mi originalidad, sustentada en el hecho de no tener celular, se convertía en una suerte de chiste estúpido muchas veces malinterpretado como rebeldía contra el sistema capitalista. La rebeldía era contra lo que yo consideraba común y propio de la masa insulsa (vamos Gabriel, como si vos fueras superior). No es que me sintiera desconectado del mundo ni que tuviera pocos amigos, tampoco me costaba usar un celular.
Perdí. Hace poco heredé el celular de mi hermana Virginia, el cual es un modelo bastante nuevito, reitero, canchero, y que estuvo apto para ser usado después de un arreglo simple. Paso yo entonces a ser uno de tantos que dice “agendame, pasame el tuyo” y mete una mano en el bolsillo en busca de un común denominador. A veces también siento que me cosquillea un poco el culo cuando me mandan un mensaje, porque el aparato vibra.
Pero dejo de ser uno más también del otro montón. No está tan mal.
Pero como Felipe bien decía, terminaba siendo uno más que viene a engrosar el montón de los que no quieren ser uno más del montón. Mi originalidad, sustentada en el hecho de no tener celular, se convertía en una suerte de chiste estúpido muchas veces malinterpretado como rebeldía contra el sistema capitalista. La rebeldía era contra lo que yo consideraba común y propio de la masa insulsa (vamos Gabriel, como si vos fueras superior). No es que me sintiera desconectado del mundo ni que tuviera pocos amigos, tampoco me costaba usar un celular.
Perdí. Hace poco heredé el celular de mi hermana Virginia, el cual es un modelo bastante nuevito, reitero, canchero, y que estuvo apto para ser usado después de un arreglo simple. Paso yo entonces a ser uno de tantos que dice “agendame, pasame el tuyo” y mete una mano en el bolsillo en busca de un común denominador. A veces también siento que me cosquillea un poco el culo cuando me mandan un mensaje, porque el aparato vibra.
Pero dejo de ser uno más también del otro montón. No está tan mal.
4 comentarios:
Yo tampoco quería tener celular, principalmente porque tengo una tendencia a hacerme esclava de las cosas y no me quería arriesgar. Me lo dieron igual. Casi tres años más tarde, solo lo uso como alarma.
JA JA JA! me reí mucho con este jajaja!
(no fue un comentario muy productivo pero expreso mis sentimientos =)
"Me vibra el culo", digo cuando soy solicitada (por Movistar, usualmente).
Ahora, Gabriel, conseguite un ringtone 'flashero' y listo el pollo.
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paso otra vez solo para comentarte que hoy a la mañana tuve una prueba sobre surrealismo y de no ser por tu blog ni ahí me salía la frase "la exaltación de los procesos oníricos".
Así que nada, gracias che.
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